Los Sesenta
Cuando hablamos de los sesenta, hablamos de una década genial, que comenzaba a marcar el camino de un mundo disruptivo, dispuesto a conquistar nuevos horizontes, en todos sus aspectos.
No vale la pena hacer la línea del tiempo con tantos acontecimientos que pasaron en esa década, que se iba con la maravillosa llegada del hombre a la luna, y mis recuerdos de infancia de lo que fue toda esa aventura. Pero quiero recordar algunos.
Lo que sientes es todo lo que importa, porque todo lo que importa está hecho de lo que sientes. Marelin Thornton
Si, justamente en 1960 se dieron sucesos fundamentales que marcaron la historia, y que generaron un aluvión de puntos de inflexión. Fue el momento culminante de lo que se conoció como la Guerra Fría. Nacía el movimiento Hippie, y toda su revolución contracultural. Los Quarrymen dejaban de llamarse así para darle paso a Los Beatles. En Argentina nacía quien sería el mejor jugador de fútbol de la historia, Diego Armando Maradona (que se fue a los 60, justamente). El canal 13 de televisión comenzaba sus transmisiones. Y por aquí también, nacía yo.
El 1 de diciembre de este 2020, año de pandemia, el día que estará subido este artículo en mi blog, estaré cumpliendo sesenta años. Del 60, a los sesenta. Así, en una carilla. Increíble.
Cuando pensaba en esto, y en lo que iría a escribir en este artículo, se me agolpaban tumultuosamente un montón de ideas, imágenes, recuerdos, anécdotas, historias, momentos de todo tipo, intensidad y voltaje emocional. Vienen a mi cabeza decisiones tomadas, juzgadas y rejuzgadas una y otra vez, así como perdonadas en el permanente ejercicio consciente de amarme más allá de esas mismas elecciones. De todo se aprende, decía mi abuela.
Nacimiento, infancia, adolescencia, tiempo de adulto, madurez... ahora ahí nomas, debe existir otra forma de definir el período (a la cual, por lo visto, aún me resisto a nombrar, jajaja). Y todas ellas, son maravillosas etapas de esta también maravillosa vida.
No pretendo el balance, solo quiero dar las gracias. Por tanto amor recibido, por tanto amor entregado, por tanto amor compartido, y por tanto que seguiré sembrando. Porque a eso vine. A sembrar. Y continúo. Feliz cumpleaños para mí.