Los límites de la paciencia

25.05.2020

Nada nuevo. Más de cincuenta días de aislamiento social, y seguimos a la espera de que lo peor está por venir. Como si lo que ya pasó no fue suficiente, aún tenemos que esperar que algo más suceda.

Hoy es el día de comunicarme desde aquí. Y a decir verdad, estoy en esos momentos donde las ideas se van de un extremo al otro. Tal vez te haya pasado antes en algún momento. No es todo el tiempo, no son todos los días. Pero a veces pasa. Voy de estar de acuerdo a estar en desacuerdo, a cuestionar lo que aprobaba y desaprobar lo incuestionable. Lo más parecido a una hamaca que va al máximo, y parece que va a dar la vuelta al caño de donde está sostenida.

Para quienes estamos en el área de recursos humanos, trabajamos con coaching y desarrollo personal, se nos viene un desafío interesante. Igualmente a los profesionales de la salud, en particular creo yo los de la salud mental.

Tal parece, tantos días de confinamiento involuntario aunque necesario, traerán probablemente aparejadas muchas consecuencias que aún no se puede mensurar. Las económicas aparentemente son las más visibles, Las que tiene que ver con comportamientos, nuevos hábitos y la capacidad de relacionarnos, no parecen venir tan claras.

Es momento de poner a disposición de nosotros mismos nuestras mejores habilidades y nuestros mayores recursos para cuidarnos, hoy más que nunca. Mi abuela cuando se enojaba decía que la paciencia tiene un límite, Es tiempo de empezar a entrenar la flexibilidad de ese límite, que no tiene nada que ver con que te pasen por encima, ni con volverte parte del rebaño. Tiene que ver con amarte hoy más que nunca más allá de lo que está sucediendo. Porque el escenario parece incomprensible, pero nosotros necesitamos comprendernos. Trátate con amor, se bueno contigo. Te lo mereces. Lo estás haciendo muy bien.