La nueva normalidad y yo
Tal parece, el término que más está sonando en estos tiempos, es el de la nueva normalidad. Lo escucho, lo utilizo, lo aprovecho, busco más información de que significa y para quien. Aunque finalmente la única definición que cobrará más sentido para mí, es aquella que yo consiga darle dentro mío.
Mi nueva normalidad no parece distanciarse mucho de mi vieja normalidad, excepto por algunas cuestiones puntuales en áreas determinadas. Y mi expectativa es que en esas áreas las cosas se vayan acomodando como para en algún momento, permitir que la nueva normalidad se asemeje bastante a la antigua normalidad.
Extraño por el momento algunas circunstancias, si... Salir y moverme con plena libertad y sin tener que explicar, juntarme con los amigos, compartir un abrazo o una reunión, salir a correr y juntar kilómetros disfrutando de estar conmigo y mis compañeros, subir a los aviones y viajar por una nueva aventura, estar en un salón con personas compartiendo un seminario... claro que hay cosas que se extrañan... Aún así me sentía bastante experto en amar a la distancia. Mis hijas viven desparramadas por el mundo (Oslo, Londres y Miami) y no tuvimos más remedio que la mayor parte del tiempo declararnos nuestro amor por Whatsapp o Zoom. Estoy profundamente agradecido por los desarrollos tecnológicos. Y creo que allí radica uno de los fundamentos de apoyo en mi nueva normalidad: mantener la actitud permanente de gratitud.
Todavía son tiempos desafiantes. Todavía hay cosas que no se hicieron presentes. Todavía estamos elaborando las restricciones y cuidados del momento. Todavía no sabemos donde y cuando terminará todo esto. Ni siquiera sabemos si va a terminar. Pero algo está muy claro para mí entre la vieja normalidad y la nueva normalidad: el puente que las une es la gratitud.
Te invito a que hagas en algún momento del día, una lista de todo aquello por lo que estás agradecido, y por lo que te das cuenta que está presente y normalmente no agradeces. Para mi hacer eso, es una forma maravillosa de conectar el amor conmigo. Y como digo siempre, el amor se experimenta cuando amas, no cuando eres amado. La gratitud igual, se experimenta cuando agradeces, no cuando te dan las gracias. Manos a la obra, lápiz y papel, a escribir...