Acciones de Paz

16.03.2020

Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a

arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega

alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba

como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se

duerme envuelto en una gran paz.

La flor piensa: Es como una flor.

(Del libro "Historias de Cronopios y de Famas" de Julio Cortázar)

Amo ese libro. Amo la obra de Julio Cortázar. Y me hace pensar que, pequeñas cosas,

hechas recurrentemente, en lugares estratégicos, crean grandes impactos. Como hizo

el cronopio, que eligió no arrancar la flor, y descubrir cuanto podía compartir con ella,

y finalmente, experimentar, como dice el magnífico Julio, una gran paz.

Definitivamente, experimentar paz en nosotros mismos, es una elección. En cada

momento, a cada paso, vamos tomando decisiones que impactan en nuestra calidad

de vida, en nuestra propia experiencia de paz. El asunto, sobre el que insisto, e insisto,

y seguiré insistiendo, es que la mayoría de esas elecciones las hacemos de manera

inconsciente, en automático, sin darnos cuenta... y después nos cuesta reconocer las

consecuencias que hemos creado, provocado o permitido. Allí comienza en muchos

casos, el proceso de victimización de las personas.

En estos días de tanta convulsión (para dejarlo asentado en el tiempo, estoy

escribiendo en plena expansión de la pandemia de coronavirus) se trata justamente de

estar enfocado en esas pequeñas cosas que hacen la diferencia, y nos invitan a estar

presentes. El único momento en el que reconozco que puedo experimentar paz es en

el presente. Es cuando yo estoy presente. Es cuando mi amor está presente en lo que

hago. Y como decía John-Roger, en la mente el amor es un concepto, en el corazón el

amor es una acción. O sea, es tiempo de amor presente, es tiempo de entrar a tu paz.