Acciones de Paz
Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a
arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega
alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba
como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se
duerme envuelto en una gran paz.
La flor piensa: Es como una flor.
(Del libro "Historias de Cronopios y de Famas" de Julio Cortázar)
Amo ese libro. Amo la obra de Julio Cortázar. Y me hace pensar que, pequeñas cosas,
hechas recurrentemente, en lugares estratégicos, crean grandes impactos. Como hizo
el cronopio, que eligió no arrancar la flor, y descubrir cuanto podía compartir con ella,
y finalmente, experimentar, como dice el magnífico Julio, una gran paz.
Definitivamente, experimentar paz en nosotros mismos, es una elección. En cada
momento, a cada paso, vamos tomando decisiones que impactan en nuestra calidad
de vida, en nuestra propia experiencia de paz. El asunto, sobre el que insisto, e insisto,
y seguiré insistiendo, es que la mayoría de esas elecciones las hacemos de manera
inconsciente, en automático, sin darnos cuenta... y después nos cuesta reconocer las
consecuencias que hemos creado, provocado o permitido. Allí comienza en muchos
casos, el proceso de victimización de las personas.
En estos días de tanta convulsión (para dejarlo asentado en el tiempo, estoy
escribiendo en plena expansión de la pandemia de coronavirus) se trata justamente de
estar enfocado en esas pequeñas cosas que hacen la diferencia, y nos invitan a estar
presentes. El único momento en el que reconozco que puedo experimentar paz es en
el presente. Es cuando yo estoy presente. Es cuando mi amor está presente en lo que
hago. Y como decía John-Roger, en la mente el amor es un concepto, en el corazón el
amor es una acción. O sea, es tiempo de amor presente, es tiempo de entrar a tu paz.